LA PESTE NEGRA
Un relato sin nombres que todos participamos en esto, un poco apegado a la verdad y otro poco a lo compartido con otras personas.
Y entonces se te ocurre que tus contactos podrían saber algo o recomendarte o tan si quiera guiarte hacia algún lugar en que puedas trabajar.
Empieza uno por sus amigos y ándale que descubres que son muy buenos oradores, consejeros espirituales y hasta asesores vocacionales, todo menos lo que estabas buscando. Algunos las palabras “busco trabajo” es como un encantamiento de “abracadabra” porque ni bien lo dices se esfuman. Sigues con los “no tan amigos” aquellos que por diversas circunstancias uno ya no frecuenta como quisiera, en mi caso dos me bloquearon del Facebook, otros 3 me eliminaron y muchos más me dejaron en visto. No los culpo, no es bonito ni para uno andar buscando personas para esta clase de asuntos… pero no compartiera yo un meme, un video cómico o una cadena porque el resultado fuera diferente.
Así tal cual encontré la frase: “es que no me deben favores, no puedo pedir uno” ¿en qué momento se hacen favores pensando en el futuro, en la conveniencia? ¿o tendría que haber llevado una lista?… avísenme.
En algunos casos uno solo quiere una dirección y termina recibiendo consejos de compras de despensa, en otros solo el nombre de un fulanito y terminas escuchando la lista de espera y los favores que “debe” y hasta su vida sentimental. En otros casos para no molestar tanto solo quieres que te reciban el currículum y la pregunta del millón de dólares ¿para qué si no tienes perfil?… me sentí estatua expulsada de algún templo griego. “Es que tu carrera no tiene especialidad” y yo que creí estudiar comunicación y no medicina.
“Es que… Deberías… ¿porqué?… híjole qué pena… lo hubieses pensado antes… pa’ qué te salías…” frases trilladas que solo evaden, que no ayudan. Y entonces voy entendiendo porqué muchos en vez de pedir trabajo piden limosna