Noruega, un pais visualmente hermoso, lleno de paisajes extraordinarios. Dentro de sus atractivos encontramos los Fiordos, una especie de lagos pero de agua salada ya que son extensiones de los mares normalmente en forma de U, y rodeados de acantilados, con vegetación típica de la zona, siendo un paraíso natural.
Kristian está en el departamento de seguridad geologica de Geiranger, donde se encuentra una de estas bellezas naturales y de pronto empieza a notar ciertos cambios en las mediciones habituales en las montañas y mantos acuíferos de la zona, lo que significa que puede haber un problema de grado catastrófico.
Desde el viejo continente llega este título para quienes gustamos de películas de catástrofes, una historia que si bien ya es conocida, pero con un tinte diferente al clásico estilo de Hollywood.
Una historia buena, que se enfoca más a un fenómeno que no destruirá al mundo entero, es algo que a mi parecer deja un buen sabor de boca al ser algo mas “real” –sin contar que está basada en hechos que ya han ocurrido en la región-; en general se lleva de manera dinámica, con algunos bemoles que por unos momentos puedes sentirse lenta al inicio de la cinta, pero posteriormente repunta en emociones y situaciones para mantener a la sala a la expectativa.
Al ser una producción de cierta manera independiente, sin la inyección de miles y miles de dólares para los efectos especiales, tiene modestia en los mismos, pero de muy buena calidad, que no harán al espectador extrañe las super producciones a las que nos tienen acostumbrados.
Es un deleite a la vista el apartado visual general; con unas excelentes tomas de la región, dejando ver toda la belleza del entorno, sorprenden a más de uno en la sala.
Una película para pasar un buen rato, sin esperar la reinvención del género.
Con La Última Ola, se define el futuro de la ciudad, ¡compruébalo!