Es una propuesta que ofrece la posibilidad de una nueva lectura de los frescos que José Clemente Orozco pintó en el paraninfo universitario. Esta actividad educativa comprende la exhibición de los bocetos preliminares y, a través de un video mapping de varias capas, sumergirá a los visitantes en un entorno dominado por imágenes gigantes y animadas que lo invitarán a aprender a ver. Tanto el observador más informado como el público novel podrán tener un acercamiento con los detalles que forman parte esencial de las composiciones y que pueden velarse con la magnitud de los elementos principales.
Por medio de un juego de luces y de sombras, se tendrá una experiencia dentro de la teatralidad y la violencia de estas monumentales representaciones pictóricas que el artista concluyó en 1937. Para realizarlas, se estableció en un espacio de la planta alta del edificio donde instaló su taller y su centro de operaciones. Varias actividades lo ocuparon: elegir la temática que abordaría; trabajar en los cálculos y las proporciones; definir la resolución de la perspectiva para los trazos de la cúpula y de las paredes del estrado; establecer las jornadas laborales y planificar la administración de los recursos materiales y humanos.
Para determinar la apariencia y la durabilidad de las obras, experimentó con las materias primas que recubrirían a los muros y con los colores que sobre ellos se aplicarían. En el exterior del inmueble supervisó los depósitos que se habilitaron para “apagar” la cal viva con agua, también, analizó diferentes tipos de arena —y sus contenidos de sílice— y efectuó pruebas con distintos pigmentos en polvo de origen mineral.
Si bien tuvo que afrontar la falta de puntualidad en los suministros de dinero para la compra de insumos, para el pago de los ayudantes y para cubrir su propio sueldo, gozó, a cambio, de una total independencia creativa que le permitió liberar su genio y su maestría al no estar sujeto a ningún tipo de restricción.
Con estos murales nos entrega un mensaje honesto, intemporal y universal que revela la dualidad de la condición humana: miserable y grandiosa a la vez. Evoca con ellos la fuerza transformadora innata en el hombre y la sintetiza en alegorías que sitúan a la ciencia, el arte, la técnica, el libre albedrío y la determinación como medios que nos permiten trascender.
Obra participante: 23 facsímiles de bocetos, 1 video mapping en capas múltiples y elementos de apoyo documental y didáctico.
Laura Ayala
Curadora del proyecto
Abierta al público
Del 27 de abril al 24 de septiembre
Salas 6 y 7. Planta alta – Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara